A propósito de la cinta «Competencia Oficial», los actores contaron cómo es preparar sus escenas detrás de cámaras y las situaciones más extrañas que han vivido.
Una de las cintas más esperadas de Venecia, «Competencia Oficial», interpretada por Penélope Cruz, Antonio Banderas y Oscar Martínez, no defraudó a la audiencia de la Mostra.
Y es que en esta cinta, más que una parodia hacia los actores se pueden ver las estrategias que tienen para poder emocionarnos. En la rueda de prensa oficial, su director Gastón Duprat y Mariano Cohn explicaron que, “nunca vemos la cocina de las actuaciones, en dónde surge todo. Y eso nos interesó desde un principio y fue la punta de lanza principal de este guion en el que los actores nos compartieron muchas ideas y experiencias que aparecieron después en la historia”.
Penélope Cruz, que no suele ser muy expresiva cuando está en los pódiums en esta ocasión compartió varias anécdotas y lo que significó hacer un filme tan diferente como éste, “ha sido muy liberador y divertido”, aseguró, “porque en mi caso, interpretar a esta salvaje, a esta mujer psicópata con encanto e inteligencia que tiene algunas buenas ideas pero que a la vez es de lo más imbécil, egocéntrica y salvaje fue una gran oportunidad. Lola es alguien que no tiene filtros y a la que no le importa lo que piensen de ella. No me gustaría nada parecerme a ella porque es una mujer que debe de sufrir una barbaridad y estar muy sola porque es insoportable, pero fue muy bonito hacer este papel porque esta película es un homenaje a la profesión que hacemos, pues aunque nos reímos de muchas cosas en ningún momento nos burlamos de la profesión del actor y creo que ese respeto se ha conseguido”, explicó la actriz que también reconoció haber tenido excentricidades para lograr ponerse en la piel de sus personajes.
«Por ejemplo, cuando hice el personaje de Italia en ‘No te muevas’ no me afeité las piernas durante tres meses y me paseaba por las calles vestida como ella y tenía su actitud. Mis amigos me decían que estaba perdiendo la cabeza, pero yo necesitaba pasar por ese proceso para entenderla”, explicó la actriz a quién también le impactó la anécdota que le contó una amiga, “una estrella de la que no diré el nombre pero que me dijo que su director antes de filmar una película le pidió que fuera a un psicólogo en particular durante un mes para preparar su personaje. Así que fue a verlo y cuando le abrieron la puerta, era el propio director el que estaba haciendo de psicólogo. Es una anécdota que me pareció fascinante”, compartió la oscarizada española.
Por su parte, Antonio Banderas hizo reír a los presentes a carcajadas dando ejemplos de actitudes que compañeros de trabajo tienen antes de entrar a un set a lo que el actor porteño Oscar Martínez añadió, “creo que todos tenemos experiencias similares no sólo en el cine, sino en el teatro y en la televisión. Son excentricidades más tolerables que las que muestra el filme. Yo no he vivido situaciones tan exóticas pero sí como las que ha descrito el compañero Antonio o ridiculeces de otro tipo. Pero en la medida en que no afecten a los demás, cada uno tiene sus rituales. Yo escribí una obra de teatro en la que un actor, maravilloso, se ponía todas las noches antes de la obra un lápiz en la boca y decía toda la obra de corrido así, pero lo hacía a solas en su camerino y sin molestar a nadie. Es legítimo prepararse como mejor le convenga a cada uno, mientras no perjudique a los demás”, apuntó el protagonista de «El ciudadano ilustre».
Penélope estuvo de acuerdo en que lo importante es, “el no invadir. El respeto. Es normal que se hagan ejercicios de voz, de cuerpo. Esto no es raro para un actor porque a veces te ayuda y te sitúa en la escena. Pero lo que hay que tener siempre en cuenta es que no por lograr algo para ti te puedes poner por encima de los demás o hacer algo sólo para llamar la atención”.
Para los directores, este guion colaborativo en el que la premisa siempre fue divertirse tuvo también como consecuencia que los histriones les dieran una clase magistral de actuación.