Alonso Ruizpalacios deja ver la complicidad y la vulnerabilidad de los uniformados en su falso documental
Tira, puercos, cerdos, chota o judas son algunos de los nombres con los que se le conoce a los policías en México. El país es el segundo de Latinoamérica donde la población se siente menos segura y desconfía más de la policía —sólo detrás de Venezuela—, según datos de la encuesta realizada por Gallup, empresa estadounidense de análisis.
Con esta percepción, parecería una decisión arriesgada hacer un largometraje con policías como protagonistas, pero para Alonso Ruizpalacios, no.
Más que tratar de reivindicar a las instituciones policiacas, el realizador buscó en Una película de policías hablar de las vicisitudes a las que se enfrentan aquellas personas que deciden (o no) ponerse el traje azul.
“Nuestro interés nunca fue hablar bien o mal de los policías, queríamos saber qué es lo que viven en su día a día, a qué se enfrentan, por qué se tiene la percepción que se tiene de ellos. La película habla de la corrupción, sí, pero también de la corresponsabilidad entre institución y ciudadano”, dijo el cineasta.
Para esta nueva aventura, el director llamó a Mónica del Carmen y Raúl Briones, quienes acudieron durante varios meses a diversas escuelas de policías, donde les dieron la formación para convertirse en uno de ellos.
“Ha sido una experiencia enriquecedora, yo no creía en los policías. Para mí fue ver el otro lado de la moneda, darme cuenta de que en algún punto, los policías también son víctimas del sistema y también llegan a ser parte del problema pero ellos no son el problema. Conocer historias como las de los personajes que interpretamos me hizo ver que el sistema es el que está mal y no necesariamente las personas que están dentro”, detalló Briones.
Para Mónica del Carmen, el filme pone sobre la mesa el tema del sistema bajo el que se rige la autoridad y la formación que tienen quienes trabajan en él, ya que dice, hacer esta película le hizo ver cuán vulnerables también llegan a estar los policías.
“Culturalmente tenemos una mala percepción de los policías pero pocas veces nos ponemos a pensar, ¿qué los llevó a esa situación? ¿Qué tal si ellos son sólo el eslabón más bajo y débil de un sistema podrido? No busco justificar lo que muchos de ellos hacen pero sí me pongo a pensar que a quienes deberíamos pedir cuentas son a los puestos más altos”, señaló la actriz.
A manera de falso documental, la primera parte del filme nos muestra la vida laboral y sentimental de una pareja de policías, sus motivaciones, su historia y sus aspiraciones, pero en un punto de la película, Alonso Ruizpalacios rompe la cuarta pared.
De pronto, en el documental, que llega a hoy Netflix, se ve a Mónica y Raúl hablándole al público de su proceso dentro de las academias para aprender a interpretar a los policías.