– La cantante enfrenta vive un momento personal complicado por su separación y sus problemas con Hacienda
Shakira tardará mucho tiempo en olvidar el 27 de septiembre. Este martes era el día fijado para volver a reunirse con Gerard Piqué y sus respectivos abogados e intentar llegar a un acuerdo de separación, principalmente en lo que se refiere a la custodia de sus hijos.
Horas antes de la hora acordada para continuar con la negociación – prevista para las 15.00 en el despacho de la abogada de la cantante, Pilar Mañé – Shakira recibía la notificación de que la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Esplugues de Llobregat había dictado la apertura de juicio por presunto fraude a Hacienda de 14,5 millones de euros por seis delitos fiscales que habría cometido entre 2012 y 2014.
Un duro golpe para la colombiana, que se enfrenta a una pena de prisión de 8 años y 2 meses de cárcel y a una multa de 23,8 millones. Convencida de su inocencia, fue la propia artista quien se negó a llegar a un acuerdo con la Fiscalía y decidió ir a juicio y ahora es cuando la jueza ha confirmado formalmente que pronto se sentará en el banquillo de los acusados.
Abatida por la noticia – que por otra parte tenía que llegar tarde o temprano – Shakira no habría estado presente en la nueva reunión con Gerard y sus abogados que, al contrario de lo que se pensaba, no tuvo lugar en el despacho de Pilar Mañé (repleto de cámaras), sino en un restaurante de la ciudad condal en el que pudieron negociar a salvo de miradas indiscretas.
Sin embargo, y a pesar de las esperanzas de ambas partes, la artista y el futbolista siguen sin llegar a un acuerdo y este nuevo encuentro fue del todo menos distendido. A pesar de la ausencia de Shakira, la tensión fue la protagonista porque siguen manteniendo posturas encontradas en lo que al lugar de residencia de sus hijos se refiere.
Shakira y Piqué quieren evitar llegar a juicio
Aunque la negociación no ha llegado a buen puerto, no está rota y, como adelanta ‘La Vanguardia’, sus abogados volverán a reunirse para seguir puliendo los puntos principales del acuerdo para evitar algo tan desagradable como iniciar una batalla legal e ir a juicio por la custodia de sus hijos.
A primera hora de la tarde, y tras su ausencia en este nuevo intento de negociación, veíamos a Shakira abandonando al volante de su coche su casa para ir a recoger a los pequeños al colegio. Cabizbaja e incapaz de disimular su abatimiento, el rostro de la cantante habla por sí mismo y a pesar de que guarda silencio sobre su reunión con Piqué y el auto de la jueza dictando apertura de juicio contra ella, su cara lo dice todo.
Más tarde, y en esta ocasión con gafas de sol para ocultar su desolación, Shakira volvía a salir de su domicilio acompañada por su hermano Tonino, su principal apoyo en estos momentos, sin pronunciarse sobre la noticia de que pronto se sentará en el banquillo de los acusados por su presunto fraude de 14,5 millones de euros a Hacienda.