La actriz muestra con «La tiendita de los horrores» que ella es más que un personaje.
Un personaje como Nacasia es entrañable para Lorena de la Garza, pero ahora quiere mostrar otra faceta de ella como actriz, pues no quiere ser encasillada. Su oportunidad, «La tiendita de los horrores», obra en temporada en el Teatro Hidalgo.
“Quiero que la gente vea que yo no soy únicamente comediante o actriz de un solo personaje como Nacasia, porque mucha gente me ubica por ella, sino que, como todos los actores, tengo la versatilidad de hacer otro tipo de cosas, y estar en un musical me lo permite”, explica.
Esto también atiende a un deseo personal, porque aunque respeta a quien ha hecho su carrera con base en un solo papel, no quiere caer en el tedio.
“Uno necesita renovarse y aprender; es como si a un músico de Conservatorio lo pusieran a tocar sólo cumbias, entonces no me puedo quedar haciendo un solo un personaje, me moriría de aburrimiento”.
Es por eso que al enterarse que La tiendita de los horrores sería montada por Juan Torres, ella fue la que se acercó a pedir una oportunidad, aunque tuvo que enfrentar la crítica de su mánager, quien consideraba un retroceso que su personaje no fuera protagónico, pero Lorena no cree que siempre deba ser la estelar para brillar en escena.
“Es que la musicalidad de esta obra es una belleza. Extrañaba mucho hacer musicales, lo último que hice fue «Ghost, la sombra del amor» hace dos años y parece mentira pero me desencanché muchísimo, me ha costado trabajo entrar a este asunto de las coreografías, pero yo tenía que hacer esta obra”.
Pero Lorena dijo sentirse muy bien cobijada por sus compañeras Crisanta Gómez y Scarlett Chico, quienes además de talentosas prestan mucha atención a los detalles.
Ellas interpretan a Crystal, Ronnette y Chiffon, las narradoras de esta historia que cuenta cómo Seymour, el empleado de una florería, logra rescatarla de la quiebra gracias a una planta carnívora llamada Audrey II, en honor a su amor platónico.
“Además alterno con Lucero Mijares, con quien yo no había tenido el gusto de trabajar, y es un descubrimiento de niña: canta increíble, retiene muy bien los textos y es disciplinada, pero al mismo tiempo es una muchacha muy sencilla y divertida, los procesos de ensayo te los hace muy ligeros”.