Si bien la carrera del actor Erik Díaz se ha desarrollado en su mayoría en la televisión, el sitio donde se siente en su elemento es en el teatro, donde actualmente se encuentra inmerso gracias a la puesta en escena La naranja mecánica.
“El teatro te mantiene afilado, listo para cualquier casting o lo que se pueda presentar, además tiene la función de escaparate donde la gente va y te siente en el escenario. Con el teatro te sientes vivo y tienes las emociones a flor de piel, ahí cada función es diferente dependiendo de la reacción del público”.
Para el actor, es todo un desafío estar en esta puesta en escena porque debe dar vida a cinco personajes durante el desarrollo de la historia, cuatro de ellos son violentos y el quinto, un vendedor de periódico, es de los pocos considerados normales.
“Ha sido muy divertido. Al principio fue un reto porque además de interpretar los papeles, nosotros (los actores) también fungimos de tramoyeros, así que ponerte el vestuario y hacer los cambios escenográficos al principio sí era complicado”.
Erik explicó que a tres meses de haber estrenado la obra, ésta está más asentada, porque en cada función comprenden mejor a los personajes y las situaciones por las que pasan.
“Me he dado cuenta que la gente ya identifica que La naranja mecánica es más que una película, un libro o una obra de teatro, sino una idea, una manera de pensar, una filosofía.
“La obra te enfrenta, te pone en evidencia esta naturaleza humana, donde tenemos la libertad de elegir el mal y hasta que punto esa voluntad de elección que todos tenemos se encamina hacia lo positivo”.
Para Díaz es sorprendente ver cómo la obra del escritor británico Anthony Burgess, escrita hace 57 años, sigue vigente.
“Con esto nos damos cuenta que como sociedad no hemos avanzado nada, incluso la ultraviolencia que nos proponía el autor hoy la vemos rebasada todos los días, hoy se habla de niños muertos, violaciones por todos lados, el tema de los migrantes; entonces está cumpliendo con su objetivo artístico, de abrirnos los ojos y decirnos que tenemos que cambiar”.
Después de 120 funciones en el Teatro Wilberto Cantón, la compañía se prepara para salir de gira por plazas de la República mexicana, a la par de sus funciones en la Ciudad de México los fines de semana.