Una de las cosas que impulsó a Alejandro González Iñarritu a probar suerte en EU, fue que quería retos.
“Si me hubiera quedado en México era ser el señor González, al que le llevaran su cafecito y allá era un mexicano, moreno, sospechoso (risas). Uno se puede quedar dormido fácilmente en sus laureles y estar en otro lugar te hace estar alerta, ser más disciplinado, me gusta ponerme en territorios donde más estoy despierto”, señala.
Narra que cuando filmó «21 gramos» no contaba con productor y asistente de dirección.
El director de «Amores perros» y ganador del Oscar por «El renacido» y «Birdman» sostiene esta tarde una charla con estudiantes de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM, en el marco de la entrega del honoris causa que la UNAM le entregará esta semana.
Durante el encuentro González Iñarritu asegura que no ha visto desde hace años «Amores perros» pues no soportaría el sonido y la textura.
“Si ahora se pone en los cines de ahora se escucharïa fatal”, dice divertido.
“(Del color) Ya no lo volvería a hacer, lo hice en 21 gramos de nuevo y ya no”, añade.
Recuerda que fue la irresponsabilidad la que fue llevándolo a la dirección, pues cuando estaba en publicidad, no le gustaba cómo retrataban las ideas otros realizadores.
Así comenzó con comerciales, sin haber estudiado dirección y después la serie «Detrás del dinero», con Miguel Bosé.
“Dije: si hay una escena que me gusta, hago una película y hubo una que sí y dije, puedo hacer una escena de cinco minutos”, recuerda.
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