Viva la farandula

Covid-19 hace madurar al cine

– La pandemia sólo adelantó el cambio en la industria, como la explotación y reconocimiento del mundo digital

 

Durante años, los premios cinematográficos o los festivales de cine se negaron a sucumbir ante las nuevas tecnologías y formas de ver y disfrutar historias; la pandemia del coronavirus los ha hecho doblegarse y aceptar que, quizá, las nuevas maneras de disfrutar series o películas es una buena alternativa para subsistir.

El festival de cine de Cannes y el Oscar han sido dos de los encuentros cinematográficos que en su forma de premiar y evaluar a los filmes son más estrictos, cuadrados y ortodoxos, sin embargo, tras la contingencia sanitaria, han tenido que modificar sus reglamentos para permitir que largometrajes que se estrenen vía online compitan por algún premio.

Próximamente, los festivales de Tribeca, que se desarrolla en Nueva York, y el de Cine de Toronto, harán lo propio.

Especialistas en el ramo como Óscar Uriel advierten que esta forma de ver y en la que pueden competir ahora las cintas seguirá aun cuando la pandemia pase.

Lo que quizá iba a tardar algunos años en ocurrir, la pandemia hizo que ocurriera ya. Es algo que llegó para quedarse”.

Para el crítico de cine, estas nuevas formas de calificar y de vivir los festivales de cine no dejarán que la gente deje de asistir a los complejos cinematográficos.

La gente querrá seguir yendo por la experiencia. Cuando esto regrese a la normalidad habrá muchas películas que se estrenarán y no habrá las suficientes salas para proyectarlas y ahí es donde los exhibidores optarán por proyectar los blockbusters y también es ahí donde las películas más pequeñas, las películas oscareables, tendrán que seguir exhibiéndose por otros medios como el streaming”, detalló.

Tras el cese de actividades no esenciales, en EU tuvieron que apagar 40 mil pantallas de cine y en México más de 60 mil salas pararon y con ello el estreno de algunos filmes se aplazó.

The half of it ganó en la edición on line del Festival de Tribeca.

Esto ha hecho que Estados Unidos haya decidido estrenar via online algunos de sus lanzamientos. Trolls 2: world tour es un ejemplo de ello, al demostrar que estrenarla en web sin pasar por el complejo cinematográfico también puede ser un gran negocio, ya que rentar este filme tienen un costo de 20 dólares, equivalente a dos entradas de cine. Responsables de los estudios de Universal aseguraron que el filme recaudó más de 100 millones dólares en sus primeras tres semanas de exhibición por Internet.

Según los datos publicados, con esa cifra, el lanzamiento digital de esta cinta iguala lo obtenido por Trolls, que en 2016 cosechó 116 millones en sus primeras tres semanas en taquilla.

Esto ha hecho que otras compañías como Warner Bros. apuesten por replicar el modelo de Universal, ya que hace unos días anunciaron que su película de Scooby-Doo se estrenará online.

México, por su parte, decidió esperar a que la contingencia pase para llevar estos filmes a las salas de cine, aunque Uriel considera que es una medida que tarde o temprano se adoptará.

Trolls 2 recaudó 100 mdd en sus primeras tres semanas por Internet.

Habrá muchas películas por estrenar y quizá no las pantallas suficientes, y al adoptar la medida se estará marcando un precedente tal como en EU, donde las familias, además de no poder ir al cine, ven que es más económico pagar una cantidad baja por ver la película en lugar de ir al cine, comprar tickets, palomitas y sodas; además, hay que pensar en a recesión que viene”.

Aunque México aún no adopta las medidas que está haciendo EU con algunos de sus estrenos, lo cierto es que sí ha modificado su ventana de tiempo entre el estreno en salas y la llegada a canales de paga y sistemas streaming. Un ejemplo es Bloodshot, con Eiza González, cinta que logró estar 10 días en cartelera, ya que tras el cierre de los complejos el 23 de marzo, tuvo que ir a sistemas on demand como iTunes y Cinépolis Klic a un precio de 50 pesos la renta.

Esta pandemia nos ha venido a demostrar la importancia de las plataformas digitales como medio de consumo de contenido, todos las vemos pero hacía falta una certificación por parte de estos académicos tan tradicionales”, explicó.