Vendió 33 millones de boletos por su saga de El día de los albañiles. Sus filmes se exhibirán en el Metropólitan
Con sus dos filmes de El día de los albañiles, de mediados de los 80, Alfonso Zayas habría hecho palidecer el éxito actual de Eugenio Derbez en cines, pues entre la cinta original y su secuela se contabilizaron 33 millones de boletos vendidos, más del doble de lo registrado por No se aceptan devoluciones (2013).
También habría destrozado los números de butacas ocupadas por las más recientes entregas de Star Wars con Los verduleros I y II y la secuela de El ratero de la vecindad, todas superando los 8 millones de asistentes.
Zayas encabezaba el reparto de todas estas cintas, algunas de la cuales, como un homenaje a tres meses de su fallecimiento, se exhibirá en el Teatro Metropólitan a un costo de 25 pesos el boleto.
Cada día se proyectará un título en seis horarios distintos, comenzando a las 10:00 horas y la última a las 20:00 horas.
“La idea es celebrarlo, que lo reconsideren algunos de los nuevos espectadores, porque ya nadie lo conoce. Doy clases a alumnos de entre 22 y 27 años, en cuatro grupos, y cuando he preguntado si alguien lo conocía, sólo una levantó la mano”, dice el investigador y cineasta Víctor Ugalde, asesor del evento.
“Son las películas más taquilleras que tuvo y con el precio del boleto queremos atender a la clase popular alejada del cine (por el precio del boleto)”, agrega.
El Teatro Metropólitan con capacidad de 3 mil butacas, ubicado en el Centro de la Ciudad de México, fue en sus inicios sala de cine. En esta década se han proyectado en su pantalla filmes como Voces inocentes, La habitación azul y Ladies’ night. Su interior y lobby fueron sede del rodaje de ROMA (2018), de Alfonso Cuarón.
El ratero de la vecindad, estrenada en 1982, dirigida por Gilberto Martínez Solares, abrirá actividades el martes de 12 de octubre, el día 13 estará su secuela; el 14 El vecindario y el 16, Tres lancheros muy picudos. El día de los albañiles cierra el homenaje el 17.
“Sabemos que es un albur que la gente vaya, pero él era popular, hizo ricos a todos incluyendo a los piratas todavía. Es también un termómetro para ver si el precio del boleto afecta la concurrencia del público.
“Por cuestiones de la pandemia no se le despidió como debía, ahora esta es una oportunidad para hacerlo bien”, dice Ugalde.
Toda la programación ha sido digitalizada. La exhibición no será en 35 milímetros.