El actor mexicano siempre ha simpatizado con la izquierda; aseguró que los políticos sensibles a una política cultural valen la pena.
En diciembre de 1997, Demián Bichir lloró. Acababa de enterarse de la matanza de más de 40 indígenas tzotziles en Acteal, Chiapas, incluidos niños y mujeres embarazadas, y le dio coraje.
Tres años después ese sentimiento lo reflejó en “Acteal”, canción que se incluyó en su álbum «Fábulas trágicas», siendo de las más gustadas de la producción.
“Eran personas indefensas”, dijo el actor durante una firma de autógrafos del álbum.
Demian, llamado así por la novela «El lobo estepario», de Hermann Hesse, siempre ha simpatizado con la izquierda. Así que no fue sorpresa que durante una entrevista, diera su apoyo a Andrés Manuel López Obrador y su «revolución pacífica», declaración que enloqueció a la redes sociales.
Apenas en 2018, previo a las elecciones presidenciales, el actor nominado al Oscar por «Una vida mejor» y protagonista de «Sexo, pudor y lágrimas», colgó un video en que llamaba a la gente a cuidar que no hubiese compra de votos luego de un controvertido mensaje del INE.
“Ustedes no pueden decirle a la gente que esperan unas elecciones cerradas cuando la diferencia entre los candidatos es de más del 20 por ciento”, subrayó en esa ocasión.
Nacido en 1963, hijo de los actores Maricruz Nájera y Alejandro Bichir respiró desde muy pequeño las juventudes revolucionarias y el amor por la cultura.
Trabajó en un restaurante mexicano de Los Ángeles y ahí entendió la problemática de los migrantes, de los cuales se ha vuelto portavoz y activista a favor de sus derechos.
De regreso a México fue elegido para formar parte de «Rojo amanecer», al lado de su hermano Bruno, así como los izquierdistas Héctor Bonilla y María Rojo. La cinta fue censurada por Carlos Salinas de Gortari quien pidió se eliminara la escena final donde aparece el ejército, para poder ser exhibida.
Después ha participado en filmes como «Todo el poder», en que se ve la relación entre la justicia y la delincuencia; «Hidalgo, la historia jamás contada», con un Miguel Hidalgo lejos de la imagen de libros escolares e interpretó a Fidel Castro en «Che! El argentino» y «Che 2ª parte: Guerrilla», ambas dirigidas por Steven Soderbergh.
Fue un comandante buscando la verdad en «Nada personal» y el caudillo del sur en «Zapata: amor en rebeldía».
En 2012 apoyó el movimiento estudiantil 132 diciendo que la juventud estaba levantando la voz y también respaldó a Miguel Ángel Mancera, entonces candidato del Partido de la Revolución Democrática a la gubernatura de la Ciudad de México.
“Es muy claro que los políticos sensibles hacia la necesidad de una política cultural importante, son políticos que valen la pena», señaló en esa ocasión.
Ha sido de los más duros críticos contra cualquier acción que lastime a la sociedad, como los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y ha actuado en consecuencia.
En 2016 donó los 120 mil pesos que le otorgó una casa tequilera como reconocimiento a su carrera, a los padres de los normalistas.