“Simplemente amor”, es lo que define la relación entre Amanda Miguel y Diego Verdaguer, que como un cuento de hadas llevan 45 años enamorados y planean inmortalizar ese amor hasta que la muerte los separe.
En el nuevo milenio ya es difícil que una historia de amor prevalezca, así que ¿cuál es su secreto? «Secretos no tenemos, ese es nuestro secreto”, dice Diego a EL UNIVERSAL, que después de enamorarse a primera vista, lleva casi cinco décadas construyendo un paraíso con Amanda.
El flechazo de amor
Cupido lo flechó desde que la vio caminar por las calles de Buenos Aires, cuenta el cantante y aunque él coqueteó con Amanda, simplemente ella siguió su camino, “ya después de que la vi alejarse dije: ‘voy a regresar’ y lo que nunca había hecho, fue un circunstancia mágica, porque hizo que yo apretara el acelerador y que nada me detuviese, yo iba hacía la casa de mis padres y di la vuelta a la manzana y empecé a buscar donde se había ido estas chicas y las encontré”, recuerda.
Todo comenzó con un café
Después de encontrarla en el hotel, Diego la invitó a tomar un café. “Y miré sus ojos y dije: ‘wow que ojos tiene esta mujer’, y le pregunté: ¿a qué te dedicas? Y me dijo muy segura de sí misma: ‘yo soy cantante también’ y le dije: ‘que bien a ver cántame algo’, yo en ese momento pensé algo como, ‘pues este es cantante a lo mejor me puede ayudar en algo’ y bueno ahí sentada en el automóvil se puso a cantar y cuando yo vi esa calidad de voz, dije: ‘wow esto es una maravilla, qué tesoro encontré’».
Y aunque Amanda también quedó fascinada, ella fue más precavida en mostrar sus emociones, además se dio cuenta que él tenía otra chica en ese momento.
Amanda vivía con sus hermanas en un hotel, siendo originaria de la Patagonia, la joven de 18 años de edad en aquél entonces, veía sus estudios y se preparaba, sin saber que su futuro aparecería en ese lugar.
“Me encantó él, pero yo no soy de demostrarlo así, de volverme loca, soy muy penosa, parece que no, pero soy un poco retraída y no me gusta hablar tanto; además, esa noche que me invitó a tomar un café, tenía una chica esperándolo y entonces yo dije: ’mmm’, y bueno yo al principio observando, qué sé yo. Según él, no era su noviecita, pero parece que algo tenían”, comenta Amanda Miguel a EL UNIVERSAL.
El primer beso
Amanda no se equivocaba, en efecto su futuro esposo tenía amigas con derechos, pero el amor pudo más que la aventura, así que el joven cantante que ya era un éxito como cantante en Argentina empezó a cortejar a Amanda.
“Bueno poquito a poco me fui alejando de esos ‘derechos’ digamos y fui poniendo mis límites e integré a Amanda a mí nueva vida, de una forma muy cuidadosa, empecé presentándola como mi novia, primero la invité a cantar conmigo en los coros, le pedí permiso a su papá, y a luego un día en el automóvil frente al río de Buenos Aires, me acerqué a ella y la besé y le dije: ‘me gustaría ser tu novio´, ya había pasado un mes y yo no la había tocado más que la mano y darle un beso en la mejilla, pero fui generando esa atracción a propósito, fue una estrategia digamos que decidí hacer para que fuera algo especial, así lo manejé y funcionó, aquí estamos”.
Amanda se derrite con la ternura de su marido
Desde que empezaron a salir juntos, Diego siempre ha estado al pendiente de su alma gemela, “Aparenta de repente ser un hombre más duro sobre todo cuando está serio, yo le digo: ‘tú siempre que estas serio parece que estás enojado’, pero siempre da mucha ternura y es muy dulce y eso es lo que a mí me ha enamorado a la fecha y con eso mira, me derrito”, reconoce Amanda.
Los detalles de amor
El cantante siempre ha sido un detallista de ensueño con su esposa, nunca pasa por alto fechas importantes como el 14 de febrero y siempre la consiente con cosas finas.
“Siempre ha hecho regalos divinos que conservo con mucho cariño, a veces no me pongo todas las cosas, pero me ha regalado unas cosas muy bellas, muy finas; él sabe que me encantan los anillos, los aretes, me gusta mucho la joyería fina, la antigua entonces él durante muchos años me ha regalado diferentes cosas que marcan ciertas épocas”, comparte Amanda.
Ambos se consienten
Diego no le lleva a Amanda el desayuno a la cama, pero si la cena. “Cuando regreso muy cansada y ya no doy más, me dice: ‘¿quieres que te suba un tecito, una avena, una sopita?, ¿qué quieres que te lleve? Tú dime’ en eso si es muy cuidadoso. Los desayunos no porque nos encanta la cocina y en las mañanas por lo general yo me levanto antes que él y siempre convivimos y hablamos de todo”.
Son una pareja divertida
Aunque Amanda bromea que tiene que sacar cita para ver a su esposo por tantos proyectos que tiene, cuando están juntos, no hay poder que los separe, “Muchas cosas hacemos en secreto, nadie tiene porque saberlo y ya después cuando alguien empieza a preguntar, pues echamos por ahí una mentirita piadosa, pero si somos bien divertidos, nos gusta pasarla bien, nos gusta mucho ir a cenar, hacer reuniones en nuestra casa e invitar amigos que queremos muchísimo y divertirnos”.
Una pareja no perdura sólo por los momentos felices, también se fortalece cuando se superan las discusiones y los problemas que se atraviesan en el camino y ni los celos o las cacerolas volando han separado a la pareja de cantantes.
El día que Amanda le lanzo una cacerola de barro a Diego
Si hay algo que no perdona Amanda es la traición y la infidelidad, especialmente porque lo más importante para ella es su familia y todo lo que ha construido junto a su esposo, así que con su hombre que nade se meta.
“No le he lanzado sartenes, le he lanzado cacerolas de barro. Hace tiempo yo cocinaba con las cacerolas de barro y tenía una cacerolita de barro con una salsa de tomate que estaba preparando y él llegó con mucho olor a perfume de otra, yo creo que vivienda, porque ese perfume en la casa no existía y yo sin preguntarle nada, pero como olí ese perfume, le tiré encima esa cacerola y se quedó así como: ‘qué onda Amanda’ y yo: ‘como qué onda Diego, tampoco soy tonta, ¿de dónde vienes?’ y bueno pues yo mis cosas personales no las cuento, pero no soy ninguna mujer que se hace la tonta, yo sé que hay muchas mujeres que son tontas y les encanta verse tontas, pero yo a mi hombre pues no me lo dejo ¡eh!, lo cacho, lo tengo cachadito”, comparte Amanda.
“No soy vigilante y no soy inspectora, ni le pongo guardias para que lo sigan y me digan qué anda haciendo, para nada, pero tampoco estoy dormida en una cueva, no falta siempre una lagartonita así, recién estrenada o con muchas ganas, que como la manzana de Adán y Eva está ahí y los hombres a veces son muy débiles, a mí me ha costado mucho Diego, pero ya últimamente creo que está totalmente curado, ya agarró la onda, porque no se puede, es una traición ser infiel, no se ve de otra manera y hay que tener mucho cuidado”, añade.
Y tampoco nada de coqueteos de Amanda
Diego también protege lo que ama, como ese carácter fuerte de su esposa que adora y que agradece que haya evitado caer en la tentación, pero acepta que algunos coqueteos de Amanda si lo han alterado.
“Yo celoso con ella sólo en dos oportunidades, sólo un poco, porque yo no soy un celoso obsesivo, siempre que tengo una sensación de celos puedo hacer un comentario pero no ando obsesivamente detrás ni mucho menos, pero un par de oportunidades sentí que Amanda estaba un poco alejada de mí y coqueteaba de repente y le dije: ‘¡hey!’, pero son cosas que pasan en la pareja, a mí también me pasó en algún momento y obviamente Amanda fue muy determinante y me ayudó por supuesto a no pisar terrenos fangosos”.
Su relación en canciones
“‘Simplemente amor’ y ‘Hagamos un trato’ esa es la parte más dulce de nuestra vida juntos y la otra de que cabrón pues es ‘Él me mintió’, ‘Así no te amará jamás’”, dice Amanda entre risa al explicar las canciones que definen su relación en los buenos y malos momentos.
Una familia feliz hasta el final de sus días
Amanda y Diego es una pareja que ha mostrado que el amor existe no sólo en las letras de sus canciones, sino que ha traspasado su música y lo han convertido en su realidad.
“Me gusta lo que hemos creado juntos, hemos creado una historia de amor, de lucha, de conservación de la familia, de evolución, de matrimonio en diferentes etapas, porque hemos pasado por todas y la que nos faltan, porque nos faltan muchas, una evolución en nuestras carreras, envejecer juntos y seguir creciendo espiritualmente y nos falta todavía, tener más nietos y que más gente descubra nuestra música, hacer muchas cosas por los demás y seguir creciendo para luego morir”, indicó Diego.
“Siempre quisimos cuidar mucho esa parte porque tenemos tanto él como yo el ejemplo de nuestros padres. Tanto como los de él, como los míos vivieron juntos toda su vida aguantándose, porque a veces no es todo color de rosa, pero la vida es así, la vida tiene sus rosas y sus espinas también y tiene uno que hacer todo conscientemente, aceptando, perdonando y seguir adelante, no hay de otra, porque así es en la vida, uno tiene que seguir luchando por el amor y más si uno quiere tener familia de verdad”, expresa Amanda.
Amanda Miguel
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