– El hijo de Juan Osorio y Niurka sabe, dice, que le toca esforzarse y no confiarse
Emilio Osorio se siente bendecido y agradecido por el apoyo que le han dado sus padres, el productor de televisión Juan Osorio y la actriz Niurka Marcos, desde el comienzo de su carrera artística y es por ellos que trata de esforzarse cada día para ser mejor.
“Estoy muy agradecido con mi padre, es una bendición que esté feliz, tranquilo y también esté orgulloso de mí, tanto él como mi mamá, mis padres son los mejores consejeros que tengo en mi vida, son de los que siempre voy a aprender y seguiré aprendiendo cada día y agradezco tenerlos, con salud y con vida”, comenta.
El actor de 19 años que saltó a la fama gracias a la telenovela Mi marido tiene más familia, en la que interpretó al personaje de Aristóteles, un joven homosexual que cautivó a muchos mexicanos por su dupla amorosa conocida como “Aristemo”, ahora ha decidido irse del lado de la música y ese tipo de decisiones, señala, las apoyan sus padres.
“Creo que parte fundamental de nuestra relación es la comunicación que tenemos, ellos respetan lo que quiero hacer y lo que me gusta, y el otro lado es que me apoyan, y el hecho de apoyarme les nace a ellos, me quieren y les gusta verme hacer lo que amo, para mí es un privilegio tener esos papás, pero también está de mí buscarlo todo para seguir adelante”, comparte el intérprete.
Emilio apunta que a él le gustaría trabajar en un proyecto con Niurka o con su hermana Romina, y no descartaría ninguna posibilidad pero por el momento se enfocará en su música.
“He estado muy contento en el resultado de todos mis proyectos, nunca me imaginé que me iba a ir tan bien este año, evidentemente estoy trabajando y luchando porque este nuevo año nos vaya igual o hasta mejor, pero sí estoy bien agradecido de terminar bien el año”, ahonda.
Por otro lado, el cantante expresa que celebra haber ganado el tercer lugar en el programa de televisión ¿Quién es la máscara? por su personaje “Hueva”, que le hizo enfrentarse a muchos retos, pero le dejó un gran aprendizaje.
“Estuve tranquilo, desde que me invitaron supe en que me estaba metiendo, sabía ya los pros y los contras, así que el programa me lo llevé súper tranquilo, obviamente había momentos en los que sí fue difícil porque, si teníamos que aprendernos una coreografía, lo hacíamos, pero no nos rajábamos”.
Para Emilio, una de las cosas más locas fue meterle la cuchara a un personaje, hacerlo suyo completamente.
“Estoy muy feliz y agradecido por todo el apoyo que me dieron y no me queda más que agradecerle a la gente y a la producción”, enfatiza.