Viva la farandula

Héctor Bonilla y familia vuelven al teatro

Héctor Bonilla retomará esta puesta en escena, integrando a su personaje elementos que antes no estaban contemplados como un bastón, que actualmente él usa en la vida real

Un actor usa todos los recursos que tiene a su alcance, para darle realismo al papel que representa, e incluso las situaciones adversas las capitaliza a favor para salir adelante con su trabajo, pero eso sólo se logra con la experiencia de los años como es el caso de Héctor Bonilla, quien después de un contratiempo en su salud, regresa a los escenarios con «Almacenados» el 15 de octubre al 14 de noviembre, en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CENART).

«Mi padre además de su edad, sufrió un accidente hace medio año, se fracturó el fémur cuando estaba filmando, ahora está en rehabilitación, estuvo varios meses en cama, lo que hace que su movilidad esté un poco limitada, está recobrando su movimiento, su fuerza, su masa muscular, entonces por eso dará las funciones con bastón, la verdad es que la obra le viene bien, porque verlo con esta dificultad para desplazarse es compatible con el personaje, además de que nos habla de una generación que tiene que seguir trabajando, pese a la edad avanzada que tiene, porque necesita sobrevivir», explicó Fernando Bonilla, hijo del actor y director de «Almacenados».

La historia trata sobre el encuentro entre el señor Lino, quien después de 29 años de trabajar será jubilado; y Nin, un joven inexperto que ocupará su lugar en un inmenso almacén vacío donde aparentemente nunca pasa nada. Lino y Nin tendrán que pasar cinco días juntos en el almacén. La desesperación de la espera, el conflicto generacional y el peso de una gran mentira irán forjando entre ellos un vínculo inquebrantable, algo que los unirá para siempre: la conciencia de los perdedores.

«La virtud más grande de este texto, es que habla de temas muy importantes, dolorosos, complejos, que nos espejean a todos quienes somos esclavizados por este sistema, o quienes somos obligados a autoexplotarnos, tratando de escapar del trabajo asalariado, estas vertientes que nutren al sistema capitalista y que oprimen la felicidad de los seres humanos; pero son temas que son tocados desde una espectacular ligereza y un virtuoso manejo de la comedia», dijo Fernando Bonilla.

Estrenaron Almacenados en 2012, las últimas funciones fueron en 2018, para la familia Bonilla esta obra se ha vuelto como parte de su repertorio, además de que después de la pandemia y de estar cada quien en su casa, en una buena razón para juntarse.

«Almacenados significa mi amistad con el actor, significa trabajar con mis dos hijos desde hace tanto tiempo, entonces es una obra entrañable a la que hay que regresar siempre», expresó Héctor Bonilla a través de un video.

«Estamos emocionados de retomar este texto tan poderoso en familia, con tantos significados, que me parece que estamos resignificando la obra porque hemos crecido con los personajes y porque nos ha revolcado la pandemia y muchas cosas desde que iniciamos con esta obra», expresó Sergio Bonilla desde el set de grabación donde se encontraba.
Fernando explicó que «Almacenados» cobra un nuevo sentido en este momento de la historia, cuando el encierro por la pandemia ha hecho que cuestionemos cosas como el sentido de nuestro trabajo o lo necesario que es subsistir económicamente.

«Estamos en una coyuntura global respecto al trabajo, por ejemplo, vivimos en un país donde durante décadas se ha oprimido a la clase trabajadora, se ha abaratado la mano de obra, en fin, es un tema que se me hace muy importante poner sobre la mesa».

Para el también escritor, el asistir al teatro es un buen pretexto para reencontrarse con el otro, sobre todo porque la pandemia aceleró la esclavitud de la vida ante las pantallas, sea una televisión, computadora o teléfono; por eso el acto teatral es algo que cada día se valorará más.