Viva la farandula

Jaime Baksht, sonidista de «Sound of metal», estuvo a nada de no participar en la cinta que le dio el Oscar

– «He de confesar que cuando me plantearon hacer esa película hubo un momento en que la dudé (…)»

El sonidista Jaime Baksht hoy es un ganador del premio Oscar, pero pudo no haber formado parte de la cinta que a inicios de este año le dio la estatuilla.

Jaime compartió durante una charla magistral en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) que estuvo a punto de no hacer la película «Sound of metal», por la que se llevó el premio de la Academia por Mejor Sonido junto a los también mexicanos, Carlos Cortés y Michelle Couttolenc, así como Nicolas Becker y Phillip Bladh.

«He de confesar que cuando me plantearon hacer esa película hubo un momento en que la dudé y dije ‘híjole, es que yo me dedico al sonido y yo vivo de eso y para mí oír es fundamental'», relató.
«‘No sé si voy a poder aguantar una película que se trata de que te vas a ir volviendo sordo, no voy a poder dormir en mucho tiempo'», pensó en su momento Jaime.

Junto a su compañero Carlos Cortés dio la charla «El camino al Oscar para Sound of Metal» en el interior de la sala 2 del Conjunto Santander, como parte de las actividades de la edición 36 del FICG, donde compartió que fue su compañera Michelle quien lo animó con una sola frase: «pero es una película», señalando así que no era la realidad.

La cinta protagonizada por Riz Ahmed y dirigida por Darius Marder sigue a un músico que va perdiendo la audición lo cual cambia su vida por completo. Gracias a la trama, y según compartieron los sonidistas, en este proyecto quisieron honrar el silencio, de ahí que fuera un tema complejo el de llevar lo que vivía el personaje principal a los oídos del público.


Pero además en el plano de la actuación Riz Ahmed hizo lo propio aprendiendo lenguaje de señas y al estar en contacto con personas que no escuchan.

En el marco de la charla que se extendió por más de hora y media los sonidistas relataron el papel de la inclusión hacia las personas con una capacidad diferente y cómo en ese sentido fue recibido el filme.

«Me empezaron a escribir personas con familiares que tenían el problema de la audición y muchos era para agradecer porque la película ahora podía ser un medio para explicarle a otros familiares y amigos qué es lo que sentían estas personas con discapacidad», dijo Jaime.