El influencer narró cuando Aranda, ganador del Pitzker, principal premio internacional de la arquitectura, no logró convencer con su diseño a una mujer danmificada por el sismo de 2017
Slobotzky, comediante del programa «La cotorrisa», en donde estuvo como invitado Juanpa Zurita, se burló de la señora que no quiso una casa diseñada por Rafael Aranda, uno de los principales arquitectos del orbe.
En la emisión, Zurita recordó el proyecto que encabezó para reconstruir casas en Ocuilan, Estado de México, tras el sismo de septiembre de 2017.
El influencer narró cuando Aranda, ganador del Pitzker, principal premio internacional de la arquitectura, no logró convencer con su diseño a una mujer que pedía tener su cocina en el exterior, ya que al cocinar se producía mucho humo.
«Pero vivías en un hoyo, coño… ¡te amarrabas a la pared para dormir!», dijo Slobotzky, simulando acento español, como si fuera Aranda el que estuviera contestando.
Previamente, mientras oía el relato, exclamó que no podía creer la reacción de la mujer.
Tras las risas de Zurita y Ricardo Pérez, el otro conductor del programa, Juanpa aseguró que ese pasaje fue la enseñanza más importante, le hizo entender lo que debía hacer.
«El error que casi todos cometen cuando ayudan, es pensar que tu crees lo que la persona (afectada) necesita y eso fue el aprendizaje más cabrón, yo no quería llegar y decirles esta es su casa porque yo lo decidí. (Entonces era) tu hazla con tus medidas, a tus necesidades», subrayó Zurita.
La casa en Ocuilan era el primer proyecto de Aranda en Latinoamerica. Zurita aclaró que tras la observación de la señora, el arquitecto volvió a diseñar otra casa para satisfacer las necesidades de los habitantes.
Recordó que otra cosa fue cómo decidir, sin ser autoridad, el orden de construcción para beneficiar a 47 familias.
«Entonces hicimos un censo de la comunidad y la misma comunidad eligió el orden», indicó.
En 2017, tras el terremoto, Zurita pidió recursos para poder ayudar a la gente, logrando recaudar casi 1.4 millones de dólares. Aseguró que por mucho tiempo se sintió presionado por los medios y mensajes en redes sociales, donde lo cuestionaban por el dinero juntado.
«Pensaba que iba a acabar en seis meses y me tomó tres años de mi vida», apuntó Zurita.