Uno de los requisitos para el actor para estar en la obra era no haberla visto antes
Han pasado dos años y medio desde que Manuel Balbi estuvo frente al público en vivo, un tiempo que para él ha sido difícil y le ha hecho añorar el escenario teatral, porque para él nada sustituye esa emoción previa a la tercera llamada.
“El proceso mismo es fantástico, desarrollar la historia, compartiendo las emociones y sensaciones de un personaje, eso es un gran tesoro, más que el aplauso mismo, porque aunque la gente esté callada se siente su presencia y eso no sucede en la televisión o en el cine, eso lo extraño”, dijo Balbi.
Pero la espera para él terminó, porque el 9 de febrero Manuel Balbi vuelve al teatro con la puesta en escena Conejo blanco, Conejo rojo, cuya experiencia se vive sólo una vez para el actor.
“Había escuchado del fenómeno Conejo blanco, Conejo rojo, del prestigio y la dificultad que tiene hacerlo. Yo pedía algo que me rete, algo nuevo y cayó esto, fue lo primero de este año y qué belleza”.
Integrarse al elenco de esta obra fue una sorpresa para Balbi, lo único que tuvo que responder es si la había visto o no, y al contestar que no de inmediato le extendieron la invitación.
Esta puesta en escena escrita por el dramaturgo iraní Nassim Soleimanpour nunca se ensaya o tiene mínimo una lectura previa, el actor se entera de qué va y cómo tendrá que resolver el libreto en el momento en que pisa el escenario para dar función.
“Estoy nervioso y entusiasmado por la experiencia, porque nunca me he enfrentado a algo así, de hecho cuando colgué la llamada con los productores me dije, ¿qué hice? ¿en qué me metí?, pero está bien, tenía ganas de esa sensación”.