Con una reflexión de lo privilegiados que son los capitalinos por tener teatro, fue como la producción de «Pequeñas grandes cosas» festejó la noche de ayer.
Para Mariana Garza nada es coincidencia con la puesta en escena «Pequeñas grandes cosas» porque asegura, llegó en el momento indicado para sanar el alma de quién la vea y las 100 representaciones que celebraron la noche de ayer en el Teatro Milán lo confirman.
“Me parece que somos muy privilegiados y agradezco mucho este privilegio, de poder hacer esta historia en este momento, recibir a la gente, de hacer que nos sintamos mejor, que recobremos nuestra salud mental y emocional, y que podamos hacer algo que de lo que se trata es de ser empáticos, de reconocer la emoción del otro y validarla. Amo el teatro con toda mi alma, desde todos los frentes y en este momento poder hacer esta obra, es una de las cosas que me hace agradecer cada segundo de estar viva», expresó Mariana Garza.
Mariana Garza junto a Marcos Radosh, Alejandro Morales, Daniel Breton y Nahomi Espinosa, han contado durante 100 funciones la historia de Sugar, una columnista que da consejos a su lectores, que a través de cartas comparten con ella momentos cruciales de su vida.
El productor Morris Gilbert señaló que son ya 103 funciones y 17 semanas de temporada, toda una hazaña desde que inició la pandemia, pero él junto a su gente decidió no dejar morir al teatro y dio paso a este montaje; después dio paso a los padrinos que develaron la placa por las 100 representaciones, Susana Alexander, Vanessa Bohórquez y Diego del Río.
“Así como en las telenovelas y en las películas las parejas se enamoran, porque están juntos todos días y besándose, entonces yo me pasé casi tres años, 600 representaciones, siendo la mamá de Mariana y bueno, me enamoré de ella, pero además soy su madre, porque hacíamos ‘Yo madre, yo hija’ (2004), soy su mamá así me siento y así me sentiré siempre», dijo Alexander.
Después de estas conmovedoras palabras, Susana Alexander compartió una divertida anécdota con los asistentes, explicó que cuando trabajó por primera vez con Mariana Garza, precisamente en «Yo madre, yo hija», no conocía de su popularidad y fama.
“Perdónenme pero no, Timbiriche no me tocó, pero tantito mi hija (Tatiana Zugazagoitia) decía que le chocaba, ella era de las Flans no de Timbiriche decía, ‘no mamá se los ponía yo en Rusia, nada más para molestar a mis compañeras bailarinas’, así que Timbiriche era el castigo”, expresó con toda sinceridad Alexander, haciendo reír a los asistentes.
Recordó que quedó fascinada con la entrega y disciplina de Mariana, con quien logró 600 representaciones de este montaje, por lo que repitieron la mancuerna en 2017 con la obra «Instrucciones para una muerte feliz».
“Ella sabe todo lo que tiene que hacer para cuando yo me muera. Vi crecer a Mariana función por función, hija verdaderamente yo te admiro, en todos los sentidos, como hija, como actriz, como madre que eres extraordinaria, como empresaria, como todo, eres mi héroe y te mereces todo lo
que tienes», dijo Susana Alexander antes de darle un abrazo a la protagonista de «Pequeñas grandes cosas».
Actor seguido al secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Vanessa Bohórquez López, quien dijo era emocionante ver el teatro lleno, sobre todo ahora que era muy importante que la gente consumiera las artes escénicas, además de que fue conmovedor ver como el público vivía cada emoción que la obra provocaba, por lo que consideraba un privilegio que la CDMX tuviera esta clase de montajes.
“Hoy me tocó de una manera muy especial la obra, me conmovió mucho y me siento muy agradecido de estar aquí; muchas felicidades por hacer un trabajo tan honesto, tan lindo, tan conmovedor, tan divertido, creo que ahorita necesitamos obras que nos toquen el corazón, que nos hagan recordar que todos tenemos una historia que contar y que todas valen la pena que las compartamos”, declaró el director Diego del Río, que también fue invitado a develar la placa de las 100 representaciones.
La directora del montaje Paula Zelaya comentó que deblas obras que ha dirigido, esta es la primera que llaga a 100 representaciones y eso es todo un logro, no sólo por la situación actual que se está viviendo, sino por la cantidad de trabajo que un montaje como este implica, comenzando porque los actores tienen que subir a darlo todo en el escenario y es algo muy difícil de hacer.