Viva la farandula

Maya Zapata pide mayor representación en el cine

– “Nuestra industria es muy irresponsable con los temas de género y raza”, dice la actriz

Maya Zapata no oculta su orgullo y con una gran sonrisa habla con emoción de la incursión de su amigo Tenoch Huerta y de Mabel Cadena en el Universo Cinematográfico de Marvel como Namor, príncipe de Talocan, y su prima Namora, respectivamente.

“Este es un paso importante, pero lo sería mucho más que en nuestra propia industria pudiéramos ver historias con esta representación, vemos más diversidad en las historias de países blancos que en las nuestras, pero para eso estamos luchando para que eso eventualmente eso cambie”.

Durante la premier de la película Enfermo amor, en la cual actúa, Maya lució en su oreja derecha un tocado de plumas idéntico al usado por Tenoch Huerta en la presentación de Black Panther: Wakanda Forever en la Comic-Con de San Diego, donde habló a los latinos migrantes y aseguró que por ellos él estaba ahí.

“No es casualidad… hay que alzar la voz por las cosas que tienen que ser cambiadas, nuestra industria es muy irresponsable con los temas que tienen que ver con el género, la raza y la clase, entonces hay que hablar del tema. No todo el mundo tiene la disposición y las ganas de poner sus privilegios al servicio de lo que necesita ser cambiado”.

Tanto Maya como Tenoch son impulsores del movimiento Poder Prieto, con el cual se busca visibilizar la discriminación que los actores y actrices de tez morena enfrentan en la industria cinematográfica y de entretenimiento en México, además de abrir conversación sobre el racismo.

Algo que Maya quiso subrayar, es que en esta lucha la comunidad artística debe estar unida si en verdad se quiere un cambio: “Se han logrado a partir de que mucha gente está hasta la madre y dice basta”, destaca.

Zapata explica que el tocado que lució es diseño de Hijos del Maiz, a partir de plumas que las aves pierden durante su muda

“Lo usamos nosotros (Poder Prieto) porque es una manera de distinguirnos, de unirnos, y sin querer se ha convertido en un símbolo de representación”.