Por este cine, lleno de recuerdos y cárteles de época al que se descendía por una empinada escalera, solían venir aquellos que buscaban la autenticidad del séptimo arte
«Vendo urgentemente 90 hermosos sillones para cine o teatro, provenientes del ya cerrado cine Azzurro Scipioni«, con este triste anuncio en Facebook, su propietario Silvano Agosti anunció el final de la histórica pequeña sala donde a Federico Fellini le gustaba ir a ver películas.
Este pequeño cine, situado en la calle Scipioni en el barrio de Prati, abierto desde 1983, había resistido ante la competencia de las grandes salas con sus propuesta de películas de autor en un ambiente pequeño, recogido, sin grandes tecnologías, pero conservando el encanto del cine de barrio.
Sin embargo, no ha podido resistir a los cierres decretados por la pandemia que desde hace un año no han permitido abrir las salas de cine y teatros.
Durante toda la semana, los cinéfilos y amigos de su fundador y propietario y también director y editor de cine, Silvano Agosti, de 83 años, han ido pasando por la sala para mostrarle su solidaridad.
¿A cuánto vende los sillones?, pregunta en una entrevista publicada hoy el diario «La República». «Cincuenta euros cada uno, yo los había pagado 200, ya se ha propuesto una escuela», explica.
«No me decidí yo a cerrar. Ha sido el Estado el que me cerró. Al comienzo de la pandemia, había colocado un ramo de flores cada tres asientos para indicar los que se debían ocupar. Me pareció una distancia razonable», afirma, pero los cines nunca volvieron a abrir.
Explica Agosti que los alquileres hay que seguir pagándolos aunque esté el cine cerrado y esto no hay quien lo soporte.
Agosti define su cine como «un cine que no mentía». «Yo siempre y solo yo proyecté las obras maestras que nadie quería. Y la gente salía feliz, porque aquí encontraron la vida», dice al diario.
Por este cine, lleno de recuerdos y cárteles de época al que se descendía por una empinada escalera, solían venir aquellos que buscaban la autenticidad del séptimo arte: el escritor Alberto Moravia, los directores Federico Fellini, Michelangelo Antonioni, Bernardo Bertolucci, Marco Bellocchio, entre otros.
Incluso hasta aquí se acercó el compositor Ennio Morricone para algún concierto para pocos invitados.
Durante este año se han realizado varias recogidas de fondo tanto entre los amigos como entre los vecinos del barrio para salvar el cine lo que le han permitido sobrevivir durante algunos meses, pero ahora el cierre es definitivo.
Quedará al menos un documental que Agosti se ha decidido a realizar para contar los cuarenta años de la existencia del cine que también organizaba encuentros con las figuras mas relevantes del cine.
Desde el ayuntamiento de Roma y la Fundación Cinema Roma han prometido que tras asumir que Agosti decidió cerrar su cine se hará lo posible para crear iniciativas «que permitirán que el valor de los cuarenta años de historia de Azzurro Scipioni no se desperdicie».