Scarlett Johansson ha decidido abrir su corazón en las páginas de la revista Vanity Fair. Aprovechando la promoción de su nueva película, «Historias de un matrimonio», la actriz ha querido recordar cómo fue su matrimonio fallido con el también actor Ryan Reynolds.
La pareja comenzó a salir en 2007, un año después sellaron su amor y solo dos primaveras después anunciaron su divorcio. Un matrimonio que para Scarlett no tenía futuro: «En realidad no comprendía bien lo que era el matrimonio. Creo que, de algún modo, le di una visión demasiado romántica. Ahora es una cuestión diferente de mi vida. Me siento en mi lugar en el mundo, capaz de tomar decisiones más activas. Creo que estoy más presente de lo que estaba antes».
En lo referente a su segunda separación, del periodista francés Romain Dauriac, la intérprete señala a Vanity Fair que «la idea de crear una familia, construirla y trabajar en ella me gusta. Creo que sería fantástico, siempre lo he querido. También lo quise en mi matrimonio con el padre de mi hija. No era la persona adecuada pero me gusta esa idea».
Una entrevista donde la protagonista de «Lucy» también ha dado su opinión sobre el directo Woody Allen después de las acusaciones de su hija: «Forma parte de mi experiencia. Yo no sé más cosas que los demás, solo que tengo mucha cercanía con Woody. Es mi amigo. Pero no tengo más percepción que mi propia relación con él».
Y en cuanto a su título como la mujer mejor pagada de Hollywood, Scarlett asegura que «es maravilloso porque me da la posibilidad de no sentirme obligada a trabajar constantemente. Puedo tener tiempo. No tener que coger un trabajo porque necesito mantenerme, como básicamente todo el mundo en la industria tiene que hacer. Sé cómo funciona… Así que es genial. Es un lujo, un lujo enorme».