– La actriz se basó en su propia historia tras su divorcio para escribir la serie «Cualquier parecido».
Cualquier expresión del arte es sanadora para Camila Sodi, quien ha encontrado un medio de canalizar sus sentimientos a través de la escritura, aunque asegura que no por eso tiene que hacer referencia a su vida privada, ya que no lo considera necesario.
“Es catártico y emocionante hablar de temas como lo es amar tanto que te olvidas de ti. Nosotras las mujeres tendemos a ser muy dadivosas y se nos olvida que el primer jarrito que debe estar lleno es el de una misma”, dice Sodi, quien debuta como productora y escritora con la serie «Cualquier parecido», que se estrena hoy por ViX.
La trama gira en torno a Carlota, actriz que después de separarse de su famoso esposo descubre el verdadero significado de ser feliz; antes pasa por una serie de tropiezos, llanto y depresión, sostenida por sus amigas.
El nombre de la serie no fue casualidad, ya que Camila comenzó a escribir un primer borrador basado en sus propias vivencias como mujer que vuelve a la soltería, razón por la que se pueden encontrar algunos guiños sobre su propia vida, como su amor por la música.
“Tenía un guion sobre mis experiencias amorosas y estaban muy divertidas, porque después de que me divorcié (de Diego Luna) y empecé a buscar el amor, mi amiga Amandititita me sugirió escribir lo que me pasaba porque eran tan ridículas la historias”, recuerda.
Camila decidió colaborar con Natasha Ybarra-Klor, a quien se le deben historias como «Las Aparicio» (2010), «Camelia la texana» (2014) y «Oscuro deseo» (2020), entre otras. Fue así como la historia de la actriz de «Rubí» (2020) se llevó a la ficción como serie.
“Invité a Pambo, mi amiga desde hace muchos años, a hacer la música; fue crear algo desde cero y terminó hablando de lo mismo: del amor, del desamor, de la vulnerabilidad, del poder que tiene retomar el rumbo de tu vida”.
Para hacer más digerible la trama, Camila y Natasha recurrieron a la comedia ligera, que no sólo lleva al espectador a la risa sino también a la conexión con lo que sucede en pantalla.
“Dije, ‘si lo voy a producir yo me quiero divertir’, quiero reírme de mí misma, mostrar esta ligereza que tengo en la vida real y que la gente no conoce, porque tengo esta imagen pública muy seria y distinta a lo que soy en realidad: desparpajada, vulnerable y divertida”.