– Carlos Rivera fue el invitado de la noche, quien cantó con Perales el tema «El velero», en una noche nostálgica donde el español agradeció el amor de los mexicanos
“Los quiero”, fue como el cantante español manifestó su sentimiento ante el público, al despedirse de los escenarios mexicanos con una noche de éxitos y nostalgia en el escenario del Auditorio Nacional, como parte de su gira del adiós Baladas para una despedida.
No hay fecha que no se cumpla y después de cinco años de ausencia, ayer el cantautor José Luis Perales llegó a la Ciudad de México para cumplir con una cita con sus fans por última vez, desde que salió al escenario no necesitó gran parafernalia para llenarlo, más que su presencia y su voz.
“Bienvenidos a una noche de música y de encuentro, que por cierto ya era hora, gracias por estar aquí”, dijo al terminar de interpretar «Balada para una bienvenida».
Entonces comenzó un viaje por el recuerdo con temas como «Me llamas», «Si y cosas de doña Asunción».
“Era el año 73 cuando mi primera canción vio la luz y se coló en sus casa sin permiso, eso hace ya 50 años, espero que alguno de ustedes la recuerde”, expresó antes de cantar «Celos de mi guitarra».
Después de interpretar «El amor», uno de sus grandes clásicos, Perales recibió por parte del público una prolongada ovación, la cual correspondió cruzando los brazos sobre el pecho, simulando un abrazo, haciendo una pequeña reverencia y con una amplia sonrisa, para continuar con otro de sus éxitos «Y te vas», que fue cantado también por los presentes.
“Hoy quiero compartir un secreto con todos ustedes, yo no quería ser cantante, yo en realidad era un escritor de canciones como hobby, porque me gustaba la música y pensaba, si yo encontrara a alguien que quisiera cantar una canción mía, y llegó el grupo Mocedades, que grabaron el siguiente tema”, dijo antes de interpretar «Le llamaban loca».
Recordó también las canciones que escribió para otros artistas, como Isabel Pantoja, Miguel Bosé o Raphael, y mientras contaba la historia de cada una, la gente no dejaba de gritarle «Te Amo» y pedirle canciones, entonces cantó «Creo en ti» y «Frente al espejo».
“Quizá esta canción que escribí hace demasiado tiempo es de hoy, por toda esa tristeza que corre por todo el mundo, esta canción se llama Dime”, tema que puso de pie al público que comenzó a gritar su nombre, mientras al cantante se le llenaban los ojos de lágrimas.
En las pantallas que estaban sobre el escenario comenzaron a proyectarse dibujos infantiles, los cuales según explicó Perales, fueron hechos por niños y niñas que habitan en las aldeas infantiles de Cuenca, España, y comentó:
“De tantas canciones esta es la más querida, habla de unos niños en unas aldeas infantiles donde se le cuida y se les crea un futuro”, entonces pidió que le ayudaran a cantar «Que canten los niños», mientras una cuantas luces de celulares comenzaron a brillar en el recinto hasta que se hicieron cada vez más.
El momento de más sentimiento llegó, cuando José Luis Perales abrió su corazón y explicó el objetivo del concierto de esa noche.
“Supongo que ya saben que esta es mi última gira, aunque no se van a librar fácilmente de mí, porque si bien me voy a cuidar mi jardín, mi huerto, a ver a mis nietos, y desde luego no podría ser diferente, a componer canciones para que las escuchen durante mucho tiempo espero, nada mejor para despedirse que Una balada para una despedida”.
“Gracias y hasta siempre”, dijo mientras veía a la gente ponerse de nuevo de pie y aprovechó para presentar a sus siete músicos que hicieron magia esa noche con sus instrumentos y así dejó la escena.
El público no dejó ir a Perales
El grito de ¡otra, otra! puso al cantante de nuevo en el escenario, como sólo a los grandes les pasa y complació a sus seguidores más temas, entre ellas «El velero», donde dio la sorpresa de la noche, la presencia de Carlos Rivera para cantar junto a él.
“Sólo quiero dar las gracias, es uno de los momentos más grandes de mi vida, hoy cumplo 36 años y el mejor regalo que he podido tener es poder cantar contigo, sabes todo lo que te quiero y te admiro, soy uno de esos niños que creció escuchando tu música, te quedas en nuestros corazones para siempre”, le dijo Carlos Rivera emocionado.
«Y cómo es él» y «Te quiero» fueron los siguientes temas que interpretó, pero el verdadero momento del adiós estaba cerca, porque sus músicos lo dejaron solo en el escenario.
“Muchas gracias por esta noche y por todas las noches que han sido muchas las que he vivido en este país, hace muchos años escribí una canción pensando en el día en que se pagaran las luces y volviera a casa, nunca la canté porque este era el momento”, entonces dijo que sólo la cantaría con su guitarra, mientras eso pasaba la gente le gritaba que no se fuera, pero de pronto se hizo un silencio y sólo su voz se escuchó interpretando «Me iré calladamente» y cuando finalizó 9 mil personas se pusieron de pie para aplaudirle y verlo desaparecer de escena.