– La joven de 18 años y su madre son como ¡dos gotas de agua!
Lucero Mijares y su madre, llamada cariñosamente Lucerito, son como dos gotas de agua, desde que eran niñas el parecido entre ambas es evidente, su enorme sonrisa, sus brillantes y su cabellera rizada son algunos rasgos que tienen en común.
La hija de Lucerito y Mijares ya compartió con sus padres videos y escenarios, y mostró su carisma y talento a la hora de cantar, ahora lo hará en el teatro musical, donde debutará como protagonista en «El Mago The Wiz«; su madre, le deseo suerte en este nuevo proyecto.
«Hermosa y llena de luz y sonriendo feliz, empezando a vivir su sueño. Te deseo mucha suerte y éxito mi niña hermosa, qué emoción enorme siento por ti. Le deseo una larguísima y exitosísima temporada a El Mago The Wiz», escribió la intérprete de «Electricidad».
Lucero y su hija Lucero Mijares cuando eran bebés. Foto: Instagram Lucero.
Con 18 años, la hija de dos de los cantantes más aplaudidos y queridos en México, aseguró, en entrevista con EL UNIVERSAL, sentirse orgullosa de contar con el apoyo de sus padres: “Ellos me han inspirado a seguir su ejemplo, porque es éste el que me ha hecho la mujer que soy hoy en día. Me siento orgullosa de ser la hija de dos grandes, de los cuales he aprendido mucho y me han presentado a las personas en que puedo confiar, que me apoyan y me cuidan”, expresó.
El gran parecido entre Lucero y Lucero Mijares
En la sesión de fotos de Lucero Mijares de su debut en «El Mago The Wiz», queda evidenciado el enorme parecido entre la joven artista y su madre de 53 años, quien no pudo contener la emoción cuando compartió escenario con su hija, y las lágrimas la traicionaron en pleno concierto, donde también estuvo presente su papá Manuel Mijares.
El gran parecido entre Lucero Mijares y su madre Lucero. Foto: Carlos Mejía EL UNIVERSAL/Archivo EL UNIVERSAL.
Lucero Mijares debutará en el teatro musical con el apoyo de sus padres. Foto: Carlos Mejía/Archivo EL UNIVERSAL.
Lucero Mijares y Lucero, como dos gotas de agua. Foto: Carlos Mejía/ Archivo EL UNIVERSAL.