Chente estuvo hospitalizado desde agosto tras sufrir una caída accidental en su rancho.
Vicente Fernández, considerado un ícono de la música ranchera mexicana, falleció este domingo 12 de diciembre a las 6:15 horas, a la edad de 81 años.
La familia del cantante informó sobre su fallecimiento a través de redes sociales.
El intérprete de «Lástima que seas ajena» y «Por tu maldito amor» se encontraba hospitalizado en una clínica privada de Guadalajara desde agosto tras sufrir una caída accidental en su rancho, que le provocó un traumatismo en la columna cervical.
El llamado «Charro de Huentitán» había sido internado en el mismo establecimiento en julio pasado por una infección en las vías urinarias, que inicialmente se creyó era coronavirus.
Vicente es considerado uno de los máximos exponentes de la música regional mexicana a nivel mundial, con unas 80 producciones discográficas y 25 películas.
En su carrera ha obtenido 3 Premios Grammy, 8 Grammy Latino y tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Famosos, políticos y empresarios lamentan muerte de Vicente Fernández
México ha despertado esta mañana con la noticia del fallecimiento del charro Vicente Fernández, leyenda de la música ranchera, y las palabras de despedida a través de redes sociales no se han hecho esperar.
Ricardo Montaner es uno de los que le han dedicado un mensaje a los familiares de Chente tras su deceso.
«Ha partido a la eternidad don Vicente Fernández, su legado infinito seguirá sonando en los corazones de millones. Hombre amable y considerado con sus colegas. Paz don Vicente, paz a su entrañable familia», escribió en Twitter.
El empresario Emilio Azcarraga, presidente de Televisa, televisora donde Chente trabajó, compartió:
«Hoy nos deja un grande, descanse en paz Vicente Fernández, un abrazo con mucho cariño para su familia».
El secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard también recurrió a Twitter para dar sus condolencias:
«Mi más sentido pésame a Gerardo Fernández, hermanos, familiares y amigos por el fallecimiento de Don Vicente Fernández, gran figura de la música mexicana y enorme personalidad contemporánea. Descanse en paz. Abrazo a la familia Fernández».
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, expresó su pesar:
“Jalisco y México están de luto. La leyenda que con su talento le dio voz a los sentimientos de millones en todo el mundo nos deja como uno de los íconos más grandes de la música y mexicanidad. Q. E. P. D. Vicente Fernández, nuestro Charro de Huentitán. No dejaremos de aplaudir”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter, que acompañó con una foto en la que aparece con el cantante.
La cantante Eugenia León utilizó una foto en la que aparece junto al intérprete de «Mujeres divinas» para despedirlo a través de Instagram. «Don Vicente Fernández, siempre en nuestros corazones», escribió.
Pero más allá del miedo en el que se desenvolvió, Chente también ha sido recordado por el equipo del que fue aficionado, las Chivas, que le dedicaron un mensaje a través de Twitter.
«Tapatío, el de corazón más Rojiblanco y uno de los más grandes intérpretes de la música mexicana. Hoy nos dejas, pero siempre te recordaremos como un grande».
La muerte de Chente es el final de una era
Cien pesos. Eso traía Vicente Fernández la primera vez que entró a Estados Unidos. Fue como parte de una caravana artística que llegó a Los Ángeles y de la cual Chente conservaba una foto en la que aparece caminando por las calles del glamoroso Hollywood.
“Andaba yo de baboso viendo las estrellas del Paseo de Hollywood. También veía las camisas de los aparadores pero pues llevaba 100 pesos mexicanos y las camisas, cualquiera, valían 30 dólares, ¡que era un mundo de dinero!».
En esa ocasión iba a cantar en una casa de discos, en la que ni siquiera había micrófono, junto con las Hermanitas Huerta. Ahí lo escucharon los productores que lo contrataron para hacer su primera gira en Estados Unidos.
Lo demás fue… no historia sino construcción de un emporio. “Desde aquí hasta allá”, le respondía Vicente Fernández a quienes lo visitaban en su rancho Los Tres Potrillos y que le preguntaban hasta dónde abarcaba sus tierras. “Hasta allá”, era hasta donde se divisaba el horizonte y “desde aquí” era la entrada del rancho, en donde construyó la Arena VFG. Pero no lo decía para presumir sino como una expresión de una sencillez que nunca abandonó: él siempre se asumió como un hombre de campo que se maravillaba igual que cuando caminó aquella vez por Los Ángeles.
La muerte de Chente es el final de una era, la de los artistas puramente rancheros, un linaje que quizá comienza con Tito Guizar, encuentra su punto álgido con Jorge Negrete y llega a finales del siglo XX con Antonio Aguilar y con el propio Vicente Fernández, quien comenzó su carrera en caravanas artísticas que hacían giras extenuantes.
Vicente Fernández comenzó su carrera cuando de niño ganó un concurso amateur en 1954. “Lo importante no fue haber comenzado tan pronto sino aprovechar muy bien la oportunidad porque esta es una carrera muy hermosa para quien sabe respetarla», declaró a EL UNIVERSAL en una entrevista en 2006, en la cual también declaró que retirarse significaría ir directo a la tumba.
Diez años después, la vida lo obligaría a recapacitar. En medio de las complicadas dolencias por una serie de cirugías en las que le extirparon casi la mitad del hígado a causa de un tumor, en 2012, de una trombosis pulmonar, en 2013, y la operación de tres hernias, en 2015, Chente anunció que se despedía de los escenarios.
“Cuando yo digo me retiro, me retiro”, dijo ante la incredulidad del público, que siempre lo había escuchado decir en sus conciertos que mientras la gente aplaudiera, él seguía cantando.
El adiós fue en el estadio Azteca. Momento apoteósico en el que interpretó 60 canciones ante 85 mil personas que pagaron cero pesos para entrar al concierto. Fue gratis. ¿Por qué? Él lo dijo justo antes de que terminara ese show: “Hay una cosa que no se compra ni con todo el oro del mundo y eso ustedes siempre me lo han regalado sin que tenga que ponerles una pistola en la cabeza: su presencia, su cariño, su respeto y sus aplausos”.
Chente vendió más de 50 millones de discos y fue galardonado con dos premios Grammy y siete Latin Grammy. Su lema fue «no dejo de cantar hasta que ustedes no dejen de aplaudir».
Fernández nació el 17 de febrero de 1940 en el pueblo de Huentitán El Alto, en el estado de Jalisco. De ahí su mote. Pasó la mayor parte de su niñez en el rancho de su padre, Ramón Fernández, en las afueras de Guadalajara. Siempre dijo que su sueño de ser artista se realizó gracias al apoyo de su madre, Paula Gómez de Fernández, quien lo impulsó a aprender música folclórica y lo llevaba al cine, otra de sus pasiones con la que finalmente pudo debutar como protagonista de la cinta Tacos al carbón, en 1971.
Su mayor golpe emocional fue perder a su madre en 1963.
“No puedo superarlo. Todavía no lo consigo. Sigo siendo el niño al que de vez en cuando se le sale una lágrima porque no puede evitar el recuerdo de su querida madre”.
Y su mayor alegría fue siempre su Cuquita, María del Refugio, con quien se casó en 1964.
“Yo soy una gente (para que más o menos me califiques) que tengo 37 años en mi compañía de discos, duré 20 años en mi compañía cinematográfica, y 42 con una sola esposa. No te estoy diciendo que soy un santo porque sabes bien la cola que traigo y que me arrastra, pero pienso que se puede hacer todo con discreción, sin lastimar a terceras personas”.
Así que a pesar de que al morir tenía mucho más que aquellos 100 pesos, es evidente que Vicente Fernández nunca dejó de ser un hombre auténtico.