La Llorona y La leyenda del nahual son las dos propuestas escénicas que se presentan en los famosos canales, las cuales pueden disfrutarse a bordo de trajineras hasta el 28 de noviembre
Cuando se va el sol, los canales de Xochimilco se quedan casi a oscuras, iluminados solamente por el reflejo de la luz de la ciudad, y ahora, durante dos meses, podrán ser recorridos de noche a bordo de las trajineras para disfrutar de dos obras teatrales.
La primera de ellas es La Llorona, el musical, montaje con coreografías, una historia de amor, desamor y muerte, que se da entre canto y baile, con música que no precisamente hace referencia a los instrumentos de nuestros ancestros.
En entrevista, César Perrín, productor y diseñador de iluminación, ahonda sobre la idea de esta propuesta.
“La gente escucha danza prehispánica y Xochimilco y piensa en algo aburrido, como si te fueras a meter al museo de Antropología, así que dije: ‘vamos a hacer que la gente termine llorando’. No es necesario hacer que te aburras para aprender de la cultura de tu país”.
La puesta aborda la historia de Cihuacóatl, quien tiene un pretendiente, un guerrero xochimilca llamado Tochtli, con quien no quiere casarse. Cuando llegan los españoles, el capitán Muñoz se enamora de Cihuacóatl y en medio de las masacres, el padre de la joven y el guerrero mueren y ella resulta embarazada. En sueños, su padre le dice que no le perdona por mezclar su sangre, por lo que al nacer su hijo, Cihuacóatl lo deposita en una cunita en los canales esperando que sobreviva y ella camina hacia la muerte.
“Tiene muchos tintes de Disney, dramáticos, en donde terminas llorando y te ríes”, dice Sandy Domínguez, una de las cuatro actrices que da vida a la Llorona.
La obra tendrá funciones hasta el 28 de noviembre en el antiguo embarcadero de Cuemanco, viernes, sábados y domingos.
Otra de las opciones es La leyenda del nahual, obra que se ha realizado durante los últimos 11 años y que se desarrolla en los años siguientes a la llegada de los españoles.
“El nahual para nuestros pueblos era un ser divino, protector, que se les asignaba a las personas al momento de nacer. Con la llegada de la iglesia católica se transforma a uno demoníaco que viola a las mujeres y asesina al ganado”, cuenta el productor de la puesta en escena, Carlos Díaz.
Díaz forma parte de la quinta generación de personas dedicadas al servicio de trajineras y desde hace años es parte del equipo de esta propuesta, que se presenta en el Embarcadero de Las Flores de Nativitas.
La leyenda del nahual tendrá temporada del 22 de octubre al 7 de noviembre.