La colombiana demostró anoche que las mujeres ya no lloran en el primero de siete conciertos en el Estadio GNP.
Desde la entrada del Estadio GNP, la música de Shakira retumba en los altavoces de los bicitaxis que transportan a los asistentes. La multitud avanza entre puestos improvisados y vendedores ambulantes que ofrecen desde camisetas con frases de canciones hasta pelucas moradas, un guiño al look de «Las de la intuición«. Las camisetas de la selección colombiana con el número 10 y el nombre de la cantante se multiplican entre los fans, que corean sus éxitos antes de siquiera entrar al recinto.
Omar, uno de los seguidores que llega caracterizado como en el videoclip de «Las de la intuición», se detiene para explicar por qué Shakira significa tanto para él: «No solo empodera a las mujeres, también a la comunidad LGBT+. Nos hace sentir parte de algo más grande». A su alrededor, otros fans cantan y muestran playeras con frases ingeniosas como “Patitos como tú” mientras el entusiasmo se vuelve contagioso.
Dentro del estadio, las pulseras sincronizadas comienzan a iluminarse, convirtiendo las gradas en un mar de luces. Un vendedor de donas aprovecha la euforia y grita con picardía: “¡Las donas que come Shakira!”, desatando carcajadas. La energía crece a medida que los tambores marcan la inminente aparición de la estrella. Son las 9:40 de la noche y la impaciencia se traduce en gritos y chiflidos.
A las 10:00 en punto, la pantalla gigante cobra vida. En el video de introducción, Shakira avanza por un desierto al ritmo de «La Huesera». De pronto, la cantante aparece en la mitad del recinto, caminando entre sus fans hasta llegar al escenario. Se quita los lentes oscuros y observa el estadio con sorpresa y emoción. «¡Buenas noches, México!», grita, provocando una ovación ensordecedora.
La cantante barranquillera deleitó con temas actuales, de antaño y con sensuales bailes. (20/03/2025) Foto: Yaretzy M. Osnaya | El Universal
El espectáculo arranca con «La Fuerte», su colaboración con Bizarrap, en la que la letra describe a una loba herida que sigue en pie. Las pulseras del público se iluminan al compás de la música mientras Shakira se despoja de su chamarra blanca para revelar un vestido rosa y dar paso a «Girl Like Me». El estadio estalla cuando la cantante menciona a las latinas, las colombianas y las mexicanas en la canción.
El setlist avanza. El público grita y brinca con «Las de la intuición», haciendo vibrar el recinto. «Estoy aquí» despierta la nostalgia de sus primeras canciones y Shakira se detiene un momento para pronunciar el nombre de la Ciudad de México y decir unas palabras:
«Hoy es una de las noches más especiales de la gira. Es la primera de siete noches en esta ciudad que tantas alegrías me ha dado. Juntos estamos batiendo un récord histórico y eso es gracias a su cariño. Les prometo que hoy les daré todo lo que tengo. Todo lo mío es de ustedes. No hay mejor reencuentro que el de una loba con su manada mexicana«.
Los violines anuncian «Empire», donde Shakira muestra su destreza con la guitarra, seguida de «Inevitable», que los fans corean demostrando el desamor que marca esa canción.
Foto: Yaretzy M. Osnaya | El Universal.
Posteriormente, un robot acompaña a la cantante en «Te Felicito», y el escenario se transforma en un set rosa con sillones en forma de corazón para «TQG». Entre los coros de la multitud, se escuchan frases como «¡Maldito Piqué!» y «¡Te odiamos, Piqué!», reflejando el sentir de quienes han seguido su historia personal.
En un momento de intimidad, la artista se dirige al público: «Estos últimos tres años no han sido fáciles para mí, pero si algo he aprendido es que de cada caída surge un vuelo más alto. Nosotras, cuando nos caemos, nos levantamos más fuertes. Si queremos llorar, lloramos. Y facturamos».
El público explota cuando presenta una versión alterada de «Don’t Bother», con una línea adaptada que para muchos es una clara referencia a su relación pasada.
El video introductorio de «Acróstico» refuerza esto último: en la pantalla, una loba y sus crías quedan solas tras el abandono del macho alfa, una imagen que sus seguidores interpretan como un mensaje directo a su expareja. Cuando Milan y Sasha aparecen cantando en las pantallas, el público responde con mucho amor hacia los hijos de la cantante.
El ritmo vuelve a encenderse con «La Bicicleta», donde Shakira también cambió la letra para eliminar cualquier referencia a Piqué. «Que si a ese tipo le muestras el Tayrona, después no querrá irse pa’ Barcelona», canta, y el estadio responde con una ovación.
El clímax llega con «Hips Don’t Lie», donde todo el estadio se mueve al unísono, y «La Tortura», acompañada de fuego en el escenario. Shakira mantiene la intensidad con «Monotonía» y «Addicted». En «Loca», las coreografías elevan la experiencia visual, mientras que antes de «Soltera», la cantante lanza una reflexión sobre la libertad de las mujeres en el amor y el estigma de la soltería.
El tramo final del concierto es una celebración total: Shakira desciende por una estructura en forma de «S» para “Soltera” y acompañada de mariachis interpretó «Bruta, Ciega, Sordomuda» y «El Jefe».
Finalmente, «Pies Descalzos» cierra la noche con una proyección donde Shakira recuerda sus inicios: «En el camino me reencontré con esa niña de pantalones de cuero y pies descalzos. Cuando la necesité, esa niña me recordó quién era y por qué estoy aquí», dice mientras en la pantalla aparecen imágenes de ella en los inicios de su carrera.

Cuando parecía que la noche llegaba a su fin, Shakira sorprendió con «Te aviso, te anuncio», desatando un frenesí de baile y guitarras eléctricas. Luego, en la pantalla apareció un video con los mandamientos de la loba:
«Primer mandamiento: Protegerás y cuidarás de tu manada por encima de todo. Segundo mandamiento: No pedirás permiso para ser tú misma. Tercer mandamiento: Bailarás y cantarás cuando necesites sanarte. Cuarto mandamiento: Aullarás, porque nadie podrá silenciarte. Quinto mandamiento: Una loba nunca ataca, ella se defiende. Sexto mandamiento: Una loba nunca compite con otras lobas. Se ayudan unas a otras. Séptimo mandamiento: No reprimirás tu naturaleza. Noveno mandamiento: Elegirás tu camino sin que nadie te lo imponga. Décimo mandamiento: Las lobas no codiciarán las posesiones de sus vecinas. ¡Claramente!»
Las palabras resonaron con fuerza entre su público, que aulló en señal de complicidad. Acto seguido, Shakira interpretó con «La Loba», desatando una explosión de energía en el estadio. Finalmente, la noche cerró con «Bzrp Music Sessions, Vol. 53», donde, en el icónico verso “Claramente no es como suena”, el nombre de Clara fue gritado con furia por los asistentes. Entre luces, aplausos y un mar de emociones, la loba se despidió de su manada mexicana cerrando la primera de sus siete fechas en la capital del país.