Viva la farandula

Timbiriche: excesos, envidias y lucha de egos, así recuerdan estas famosas su paso por la agrupación

Lolita Cortés y Edith Márquez fueron dos de las cantantes que se unieron en una etapa tardía a la banda

Timbiriche fue sin duda una de las agrupaciones que marcó la pauta en las décadas de los 80 y 90, tiempo en el que sus integrantes pasaron de ser unos niños a las estrellas juveniles del momento, prácticamente ante los ojos de sus seguidores, pero ese éxito tuvo un trasfondo donde los secretos, excesos y demás cosas que conlleva la fama, marcó a cada uno de sus integrantes.

Cuando la alineación original Mariana Garza, Alix Bauer, Paulina Rubio, Diego Schoening, Benny Ibarra y Sasha Sokol, comenzó a ganar terreno gracias al éxito que habían tenido con sus discos «Timbiriche», «La Banda Timbiriche» y «Timbiriche Disco Ruido», Julissa los llevó a protagonizar en 1984 el musical «Vaselina», en cuyo elenco se encontraba Lolita Cortés, quien en ese entonces era una joven actriz y no la reina de los musicales como se le conoce hoy en día; eso la llevó a vivir una experiencia poco agradable con los cantantes.


«Es como estar en una escuela, yo me imagino este tipo de películas como «Chicas pesadas» y cosas así, yo era como la nerd. Fue muy difícil para mí, no hay recuerdos lindos, no son los mejores… Alix me pintó la raya. El problema era que yo decía ‘bueno, a mí demuéstrame que son muy talentosos’, pero era de ‘¿tus pantalones no son de marca?, ‘ay, yo viajé a no sé dónde'», recordó Lola Cortés.

Incluso accedió a fumar a los 13 años con tal de encajar y recuerda que en sus pijamadas había alcohol, por lo que era común que dieran las funciones de «Vaselina» con resaca, porque además no había un adulto que mantuviera el control.

Edith Márquez, que también formó parte de este elenco, tuvo su dosis de malos tratos por parte de estas superestrellas, cuando a la salida de Mariana Garza de Timbiriche ella entró como reemplazo, pero según contó en el programa «El minuto que cambió mi destino», la bienvenida no fue para nada amistosa.


«Tenían una edad perfecta para hacer bullying. El lema era ‘esta es la nueva, pues que se gane el lugar’. Yo sufrí un año, me hacían travesuras tontas, en aquel entonces por la edad que tenía le daba más importancia; eran bromas muy pesadas, desconectar el micrófono, vaciar el extintor por debajo de la puerta, una serie de situaciones muy difíciles para mí», dijo Márquez, que en ese entonces estaba por cumplir 20 años.

A pesar de que Sasha está el día de hoy en el ojo del huracán, por hablar sobre la relación que tuvo con Luis de Llano Macedo, cuando ella apenas era una niña de 14 años y él un hombre hecho y derecho de 39, ya en el pasado tanto ella como el productor, incluso sus compañeras de grupo habían hablado al respecto de esta situación.

«En ese momento, yo veía a mi amiga enamorada, cartitas, te pones roja», comentó Mariana Garza en una entrevista para Azteca.

Pero ese no era el único problema de Sokol, ya que después de su salida de la agrupación enfrentó un nuevo contratiempo las adicciones, las cuales llegaron la cantante entró en una etapa de depresión que la hizo sentirse poco valorada y querida, esto a consecuencia de una relación tóxica en la que se encontraba inmersa (Luis de Llano).

«Ahora he recuperado el respeto por mi cuerpo. La rehabilitación es un proceso de aprendizaje, debes comprender que al consumir drogas estás atentando con tu propia vida”, dijo en una entrevista para El Universal, en el año 2004.

De todos es bien sabido que entre Thalía y Paulina Rubio siempre hubo enemistad, porque desde que la intérprete de Arrasando entrara a Timbiriche en lugar de Sasha, le robó mucha atención y cuadro a llamada chica dorada, pero este conflicto explotó en pleno escenario cuando ambas se fueron a golpes en un concierto en Monterrey.

«Recuerdo una vez que nos empezamos a jalar el micrófono, en ese tiempo no había inalámbricos, y se lo clavo en la boca y ella se enojó muchísimo. Yo traía una coleta de lado y me la volteó del otro lado, me enojé bastante y recuerdo que una parte del público gritaba Thalía y la otra Paulina», recordó Paulina Rubio hace unos años.

En 1998 mientras Mariana Garza llegaba al Aeropuerto de la Ciudad de México y platicaba con la prensa sobre el reencuentro de Timbiriche, que la gente se enteró que Ana Silvia Garza era su hermana y no su madre, como se pensó durante muchos años, y esto se debió a que su hija mayor Shamadhi se refirió a Ana Silvia como abuela, entonces ya no le quedó más que confirmar lo que la niña decía y asegurar que desde siempre había sabido que ella era su madre y no su hermana, como públicamente lo manejaban, y que entendía por qué sus abuelos la habían registrado como hija, para evitar que la actriz pasara malos momentos por ser madre soltera.