El Príncipe está en su patria, la que lo vio nacer y que ahora lo resguarda, lejos del caos, al lado de su madre en el Panteón Francés. Sí, una parte de José José por fin reposa. Doce días de espera, un vuelo de Miami a México, un homenaje en cada ciudad y una peregrinación, todo para despedir al Príncipe como un rey.
La sala Signature Flight Suport (para vuelos privados) en aeropuerto internacional de Miami, está lleno a las 4:30 de la mañana. El Boeing 737-800NG, perteneciente al Escuadrón aéreo 502 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador envió a Miami, trasladó las cenizas del intérprete mexicano colocadas en un féretro de oro, junto con sus dos hijos Marysol y José Joel. La prensa nacional e internacional fue invitada y EL UNIVERSAL también.