– La cantante fue diagnosticada con tendinitis tras recibir un cabezazo de su hijo menor
Todavía adolorida, pero con la intención de hacer conciencia sobre la condición que vive su hijo, Federica Quijano rompió el silencio para defender al ahora adolescente de los comentarios y las críticas que ha recibido tras hacer público el episodio de agresión que vivió hace unos días.
Mediante sus redes sociales, la integrante de Kabah relató que, durante una crisis, su hijo, Sebastián, le propinó un cabezazo en el brazo, provocándole una tendinitis que la llevó hasta el hospital; sin embargo, es importante mencionar que todavía siendo un niño, el joven fue diagnosticado con autismo y los episodios de agresividad son propios de su condición, algo que la cantante quiso dejar claro.
«Sebastián no es un niño golpeador, Sebastián es un niño con una discapacidad», dijo en entrevista para el programa «De primera mano». «No lo puedo culpar y jamás voy a decir que mi hijo es violento y no puede convivir, no. Simplemente tiene detonantes que a veces puede controlar y a veces no», agregó.
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La también diputada explicó las razones por las que ha decidido compartir con el mundo las problemáticas que van surgiendo en el día a día de su hijo, una de ellas, aseguró, es abrir los ojos de la sociedad sobre el autismo, al menos en nuestro país, no se ha visibilizado: «La gente no lo entiende y no lo quiere ver, (pero) tengo que darle voz. Muchas personas deciden esconder a sus hijos, yo no lo voy a esconder; es mi preocupación y por eso lo digo y por eso lo subo a mis redes, porque se tiene que saber la realidad».
Asimismo, explicó su mayor miedo como madre, que va mucho más allá de las crisis como la que vivió hace unos días: «Es una preocupación real, que tenemos todos los papás de hijos con autismo, que es: ‘¿qué va a pasar con mi hijo cuándo yo no esté?’, por eso tengo cuatro trabajos y me parto en 80, para que el día de mañana mi hijo no terminé en un psiquiátrico donde abusen de él, o yo no pueda controlarlo cuando esté más grande», afirmó.
«Que mi hijo no lo traten como un ser humanos, que sus derechos sean violados todos los días…. eso me duele más que cualquier golpe», finalizó.