Viva la farandula

Sueños, crisis y migrantes afloran en «No me ames»

Los Ángeles.— Las fachadas más bellas pueden esconder las historias más oscuras. En la película de estreno en México, No me ames (Love me not) del director griego Alexandros Avranas, nominada a mejor filme en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (2017), una pareja de mediana edad de Atenas desea cumplir el sueño de tener un bebé, por lo que acuden al método de vientre substituto que será provisto por una joven inmigrante.

“Acudí a la crisis en Grecia en el 2016, cuando la crisis económica y social estaba al tope. En medio de esto, mis protagonistas desean cumplir lo que ellos creen ser el sueño americano: casa linda, dinero y familia. Así, acuden a una joven de situación vulnerable, migrante, con quien tienen un trato; pero que los coloca en una disputa de poder y en una situación inmoral eminente”, explica Avranos en entrevista telefónica con EL UNIVERSAL.

Protagonizada por Christos Loulis y por Eleni Roussinou, protagonistas de Miss Violence (2013) del propio Avranas, premiada en el Festival Internacional de Cine de Venecia, No me ames se presenta como un drama doméstico, para evolucionar a un thriller psicológico, donde el abuso y la crítica social existe en cada habitación de esa lujosa villa que sucede la cinta.

“Además del tema del control y poder que puede tener una persona sobre otra, me interesa mucho la crisis moral. Para mí se me hizo muy importante abordar a una sociedad que estaba en crisis de finanzas, pero también en una Europa de crisis moral. El personaje principal es parte del sistema y se enfrenta a alguien de la nueva generación”, dice Avranas, “también existe la sensación del veterano que siente debe tener más, pero que no lo ha obtenido”.

El realizador de 43 años dice que contestar la pregunta: “¿qué significa la moral para la sociedad?” fue el motor que condujo la realización de No me ames, para la cual sus actores se prepararon durante cuatro meses de ensayos, donde se fue ganando la confianza del reparto que también incluye a la joven debutante Célestine Aposporis, quien trae la disyuntiva sobre quién seduce a quién en esa villa.

“La película está empacada de manera muy hermosa al inicio, como un regalo que tiene algo podrido dentro. No me ames se va tornando en una película de horror a cuatro paredes. Traté de ser lo más elegante posible, aunque hay momentos impactantes que requirieron el compromiso de los actores. Por eso siento me identifico mucho con el cine europeo porque, a diferencia de Hollywood, aquí lo que no se dice entre parlamentos, también tiene un fin narrativo y de conexión con el espectador”, concluye Avranas, quien gusta conducir sus escenas con la cámara cual bisturí.

El filme griego, que tuvo un presupuesto de casi un millón de euros,llegó a la cartelera mexicana este fin de semana.